Gentrificación en Oaxaca, problema estructural: antropóloga
Flor Hernández/ Disruptivo
El patrimonio cultural de la ciudad de Oaxaca con reconocimiento a nivel internacional es uno de los principales factores que estimulan la gentrificación, concepto creado en la década de los 60´s por Ruth Glass para definir la invasión de los barrios obreros en Londres por individuos de clase media, con la consecuente expulsión de habitantes y el aumento de los precios de la vivienda.
La antropóloga, Adriana Cruz Cortés, advierte que a pesar de que este fenómeno es mundial, adquiere cierta particularidad en Latinoamérica, y en el caso de Oaxaca, se refleja en el repoblamiento de la ciudad por personas de diversos orígenes del norte global.
Explica que, en países desarrollados, la gentrificación se manifiesta con la destrucción de las antiguas ciudades para construir grandes proyectos inmobiliarios; y, en América Latina, se relaciona con la economía, así como la actividad turística como sustento de las ciudades patrimonio.
La problemática en la capital oaxaqueña, indica, debe comprenderse de forma estructural, pues existe una desigualdad social que permite que el fenómeno impacte con mayor fuerza, además de una ventaja sustentada en la disparidad económica y del valor de la moneda extranjera de países desarrollados, con respecto al peso mexicano.
Aunado a ello, agrega, la actividad turística como principal (o quizá única) estrategia financiera, ha provocado la “folklorización” de la cultura indígena y “turistificación” de la ciudad, que da prioridad a las y los visitantes del norte global, sin tomar en cuenta las necesidades de las personas residentes del centro histórico.
“La inversión económica en la ciudad es directamente proporcional al descuido enorme en las periferias y zona metropolitana, lo que implica ampliar la brecha de desigualdad”, señala.
Aunado a lo anterior, la antropóloga reconoce que es indispensable analizar también el aporte económico real a la economía de las familias oaxaqueñas como producto de la actividad turística, debido a que los empleos generados en el sector servicios regularmente ofrecen salarios bajos por jornadas de trabajo de más de 8 horas por 6 días a la semana, muchas veces sin prestaciones laborales.
*Visibilización de la gentrificación
La especialista apunta que, ante la agudización de la gentrificación, se ha generado un malestar social que ha motivado las recientes protestas contra el fenómeno, lo que pone de manifestó la falta de políticas públicas para atender el problema desde su estructura, en tanto que la desigualdad sigue en crecimiento.
Para ello, explica, se debe profundizar en las condiciones estructurales y sistémicas del fenómeno, en el papel del Estado y del modelo económico que la ciudad de Oaxaca adopta, lo que permita descolocar la discusión/confrontación contra los caseros por el aumento en las rentas, o con los pequeños comerciantes que han encarecido sus productos, ya que, aunque también tienen cierta responsabilidad en cómo contribuyen a la gentrificación, el problema es más complejo y de mayores dimensiones.
Es fundamental, dice, revisar qué está haciendo el Estado en lo que respecta a garantizar derechos como el acceso a la vivienda, la alimentación, agua, e incluso, en el derecho a la participar en la toma de decisiones respecto a la ciudad.
Son necesarias, opina, políticas públicas que den respuesta al ejercicio de derechos para las y los habitantes de Oaxaca, que les permitan gozar de sus propios espacios comunes, sin perderlos o dejarlos de frecuentar.
Respecto a las protestas contra la gentrificación, sostiene que existe un intento oficial de deslegitimar la lucha de colectivos, vecinos de barrios y grupos sociales, al acusarla infundadamente de xenófoba, cuando algunos protagonistas de esta manifestación han sido los principales defensores de derechos de los migrantes que transitan diariamente la ciudad, migrantes del sur global que por carecer de recursos, han sido desalojados por las autoridades de formas violentas, para ser expulsados de los parques donde pernoctan.
Es decir, apunta, el discurso oficial es contradictorio, pues enaltece a un sector de extranjeros, pero discrimina y limita el tránsito de otro.
Cruz Cortés reconoce que la gentrificación es un fenómeno de reciente estudio y que aún es temprano para hacer una proyección hacia el futuro, lo único visible por el momento es que, mientras no existan políticas públicas de regulación, la problemática seguirá avanzando.