Faltan condiciones para incrementar la participación femenina en el mercado laboral
By IMCO
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) le da seguimiento periódico al empleo.
En el segundo trimestre de 2022 la población ocupada incrementó 2.4%, equivalente a más de 1.3 millones de personas en comparación con el trimestre anterior.
En lo que va del año, se han creado 809 mil 466 puestos, lo que significa una desaceleración del ritmo de generación de empleos, pues durante el mismo periodo de 2021 se crearon 2.1 millones de puestos.
Es decir, por cada empleo generado en el primer semestre de 2022, se crearon casi 3 durante el mismo periodo del año anterior. Además, la generación semestral también fue menor a la observada durante los primeros 6 meses de 2019 y de 2018.
Entre abril y junio de 2022, la generación de empleos fue mayor entre las mujeres. En comparación con el primer trimestre del año, la población ocupada femenina aumentó 3.7% y la masculina 1.6%. Se sumaron más de 810 mil nuevos empleos para mujeres, mientras que para los hombres apenas se agregó medio millón. Con ello, la población ocupada femenina asciende a 22.9 millones y la masculina a 34.5 millones; aportan 39.9% y 60.1% de la población ocupada, respectivamente.
Sin embargo, aunque la cantidad de trabajadoras en el mercado laboral ha aumentado a lo largo de los últimos años, la proporción de mujeres en edad de trabajar que deciden participar activamente en la economía ha incrementado en menos de 5 puntos porcentuales, y sigue siendo más de 30 puntos porcentuales menor que la tasa de participación laboral de los hombres. Además, aún en sectores donde las mujeres tienen un peso elevado en la fuerza de trabajo, su presencia no garantiza condiciones más equitativas en materia de ingreso.
Persisten retos tanto en materia de igualdad de ingresos como en las condiciones estructurales como son la percepción de inseguridad, la falta de acceso a apoyos para el cuidado infantil y de adultos mayores que representan obstáculos para generar incentivos que impulsen a las mujeres a entrar y permanecer en la fuerza laboral.
A continuación se encuentra el análisis del IMCO sobre los datos del segundo trimestre de 2022 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), con más detalles sobre la participación de la mujer en la economía.
El cambio en la participación económica de las mujeres ha sido lento
La representación de las mujeres en la población ocupada ha aumentado en las últimas décadas. Hoy hay 13.3 millones de mujeres más en la población en edad de trabajar (mayor de 14 años) en comparación con 2005, y en consecuencia se han sumado 7.6 millones de mujeres a la población ocupada durante el mismo periodo. Sin embargo, entre 2005 y 2022 la participación laboral femenina -medida como la proporción de mujeres de 15 años o más que deciden trabajar o buscar empleo- se ha mantenido entre 40% y 45%. En contraste, la tasa de participación laboral masculina se ha mantenido en niveles superiores al 70%. De esta forma, a pesar del incremento poblacional, la tasa de participación laboral de las mujeres no ha mostrado un incremento pronunciado.
Al cierre del segundo trimestre de 2022, la tasa de participación femenina se encontró en un nivel similar al del periodo prepandemia. El porcentaje de mujeres de 15 años y más que tiene un empleo o está en búsqueda de uno registró una caída de casi 8 puntos porcentuales al inicio de la crisis sanitaria en 2020: pasó de 44.9% en el primer trimestre de 2020 a 37% en el trimestre posterior. Con ello, la tasa promedio de participación laboral de las mujeres fue de 41.1% en 2020. El nivel de participación laboral femenina inició una tendencia de recuperación en la segunda mitad de 2020, y al segundo trimestre de 2022 alcanzó 45.1%, 0.2 puntos porcentuales por encima de lo observado antes de la pandemia (primer trimestre de 2020). En la primera mitad del año en curso, 44.4% de las mujeres en edad de trabajar ha participado en la economía.
En los últimos 17 años, la participación laboral de las mujeres ha crecido más que la de los hombres. Esto se debe a que la proporción de las mujeres económicamente activas incrementó 4.6 puntos porcentuales entre el segundo trimestre de 2005 y el de 2022, mientras que la proporción de hombres que participa en la economía cayó en 3.3 puntos (de 79.8% a 76.5%). Sin embargo, los hombres continúan teniendo mayor representatividad en el mercado laboral.
Al interior del país las mujeres enfrentan distintas condiciones
Aunque a nivel nacional la participación económica de las mujeres fue de 45.1% en el segundo trimestre del año, el panorama es diferente a lo largo del país. Baja California Sur, Colima y Yucatán, los tres estados del país donde una mayor proporción de las mujeres es económicamente activa, reflejan un mayor progreso durante los últimos 17 años que el observado a nivel nacional.
Este avance se observa en Baja California Sur, donde la tasa de participación laboral femenina ha aumentado en 14 puntos porcentuales. En el 2º trimestre de 2005, sólo 42.6% de las mujeres mayores de 14 años decidían entrar al mercado laboral en el estado; en el segundo trimestre de 2022, el 56.6% tomó la misma decisión. Similarmente, en Colima la tasa de participación laboral en las mujeres (54.7%), ha aumentado en 6.5 puntos porcentuales desde el 2005, mientras que en Yucatán (52.8%) – el incremento ha sido de 6.7 puntos porcentuales.
En contraste, en Querétaro -donde solo 39% de las mujeres participa en la economía- ha habido un retroceso de más de 4 puntos porcentuales en los últimos 17 años. En Chiapas también ha habido un retroceso de 1.3 puntos porcentuales; es la entidad con la menor participación laboral femenina (32.9%).
Los estados donde las mujeres muestran una mayor propensión a entrar al mercado laboral tienden a ofrecer mejores condiciones para facilitar que más mujeres entren, permanezcan y crezcan en la economía. Factores como la percepción de inseguridad en el transporte público, los niveles educativos, la duración de las jornadas laborales y los permisos de paternidad, entre otros considerados en la medición del IMCO Estados #ConLupaDeGénero -que toma en cuenta elementos que facilitan o impiden la participación femenina en la economía-, resultan en mayores incentivos para que las mujeres tomen la decisión de buscar o tener un empleo. En concreto, en Baja California Sur la participación laboral femenina es la más alta del país, y tiene también la segunda posición en la medición #ConLupaDeGénero; en contraste, Chiapas, con la menor participación laboral de mujeres en el país (de 32.9%) tuvo el menor puntaje en la medición.
El impacto de las mujeres en la población ocupada en diferentes sectores
En el segundo trimestre de 2022, los sectores donde las mujeres aportaron más de la mitad de la población ocupada fueron los servicios de salud, los educativos, los de hospedaje y preparación de alimentos y el comercio al por menor. Además, las mujeres representaron entre 36% y 49% de la población ocupada en servicios financieros, corporativos, servicios profesionales, actividades gubernamentales, manufacturas, servicios inmobiliarios, información en medios masivos y servicios de apoyo a los negocios. Por otro lado, en los servicios de esparcimiento, el comercio al por mayor, la generación y distribución de electricidad, gas y agua, las actividades agropecuarias, la minería, los transportes, correos y almacenamiento, y la construcción, las mujeres representaron menos del 30% de la población ocupada.
Sin embargo, la mayor presencia de las mujeres en ciertas actividades económicas no garantiza mejores condiciones laborales en comparación con sus pares hombres. Si bien es cierto que en sectores como las actividades gubernamentales o los servicios profesionales (donde más de 40% de los trabajadores son mujeres) la diferencia en ingresos es de menos de 10%, este caso no es generalizado.
En el sector de comercio al por menor, poco más de la mitad de los trabajadores son mujeres, pero su ingreso promedio mensual es 23% inferior al de los hombres -una diferencia mayor a la observada a nivel nacional, donde los ingresos promedio mensuales de las mujeres son 13.5% menores que los de los hombres-. Otro ejemplo son los servicios de salud, donde casi 7 de cada 10 trabajadores son mujeres, con un salario mensual promedio 14% menor al registrado para los hombres.
En actividades con poca presencia de las mujeres en la fuerza laboral -como la construcción- muestran incluso niveles de ingresos más altos para las trabajadoras. Así, los sectores económicos con mayor presencia de mujeres ocupadas no necesariamente muestran una mayor igualdad en ingresos, e incluso tienden a otorgar salarios más bajos para las mujeres.
Una situación similar se observa al evaluar la posición de las mujeres dependiendo del tipo de ocupación. Las trabajadoras suelen tener mayor presencia en las posiciones relativas a la educación, los servicios personales, oficinistas y comerciantes, donde más de la mitad de los empleados son mujeres. En cambio, en las posiciones de protección y vigilancia, agropecuarias y de operación de transporte, las mujeres representan menos del 16% de los ocupados.